Nuevo trabajo de reforma integral en Barcelona, concretamente en el barrio de La Sagrera. Nos hemos encargado de aportar una nueva vida y un aire fresco a un hogar que necesitaba actualizarse y ser más funcional. Antes de la reforma integral, la vivienda mostraba signos claros de desgaste, con espacios fragmentados y una estética que estaba desfasada. La cocina era cerrada, los suelos estaban anticuados y las paredes necesitaban una nueva mano de pintura. Había una necesidad real de un cambio profundo.
El después de la reforma revela un hogar que ha sido llevado a la vanguardia del diseño y la comodidad. La integración de una cocina abierta no solo ha proporcionado un espacio más amplio y luminoso, sino que también ha fomentado una mayor interacción social dentro del hogar.
El trabajo de pintura ha rejuvenecido las paredes con colores modernos y luminosos, mientras que el cambio de suelo a un parquet laminado contemporáneo ha añadido un toque de elegancia y calidez. Este proyecto es el claro ejemplo de cómo una reforma integral puede revitalizar un espacio, creando un entorno acogedor y estéticamente impecable.
Para las paredes hemos optado por el color beige, ideal para que la luz fluya hasta cada rincón. Además, genera un sutil contraste con las nuevas puertas de color blanco. Este nuevo diseño interior lo hemos aplicado tanto en las zonas comunes como el salón como en los dormitorios. Hemos pasado de una imagen tenue a una vivienda luminosa y llena de vida.
Como hemos mencionado, se ha pasado de una cocina independiente a una cocina abierta. De hecho, en el espacio actual de la cocina estaba la antigua cocina y una habitación. Ahora este espacio ofrece mayor amplitud de movimiento y hemos podido instalar un equipamiento moderno y funcional.
En el estado original la cocina tenía forma de L y tras la reforma de cocina está distribuida en U y dispone de una barra de desayuno. También hemos aplicado otras mejoras, como la ampliación de la capacidad de almacenaje e instalar más electrodomésticos. A diferencia de la original, la nueva cocina cuenta con un microondas y un lavavajillas integrado.
El cuarto de baño se mantiene en la ubicación original, aunque lo hemos mejorado tanto en imagen como en sanitarios. Hemos apostado por baldosas de tono gris piedra y hemos conseguido un espacio fresco y agradable. Nada que ver con los anticuados azulejos blancos que tenía el baño original.
Esta reforma de baño también ha servido para modernizar las piezas sanitarias. Siguen siendo un inodoro, una ducha y un lavabo. Ahora bien, su imagen está acorde a las tendencias actuales y garantizan una gran durabilidad.
Este notable cambio demuestra el impacto que una reforma integral puede tener en cualquier hogar, transformándolo en un espacio moderno, funcional y acogedor.
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